En ingeniero peruano Aste Tonsmann estuvo en la UDEP donde dirigió dos conferencias sobre sus estudios de las córneas de la Patrona de México. El investigador ha profundizado, durante 40 años, en este tema.
Por Betsy Salazar Guerrero. 09 abril, 2019.El doctor José Aste Tönsmann, quien estudia, desde 1979, los ojos de la Virgen de Guadalupe, dictó dos conferencias en Campus Piura de la UDEP. Él ha disertado sobre este tema en 14 países de América y Europa, incluyendo Tierra Santa y Roma. Además, el ingeniero Rafael Estartús, docente pionero de la UDEP colaboró con él, en algunas de sus investigaciones.
En sus investigaciones, el doctor Aste analiza la presencia de 13 personajes, de los cuales 7 representan a un grupo familiar indígena. Para el científico peruano, el nuevo mensaje relativo a la familia que aparece en el iris de los ojos de la Virgen ha estado oculto por 500 años y aparece justo ahora cuando hace falta revalorar el papel de la familia y reconocer su impacto en el desarrollo de quienes la conforman y en la sociedad.
La investigación
Mediante el proceso de digitalización de imágenes por computadora, Aste Tönsmann descubrió a 13 personajes en los ojos de la Virgen de Guadalupe. Las córneas son pequeñas, la del ojo izquierdo mide 8 mm de diámetro y la del ojo izquierdo, 7mm. Este detalle descarta la posibilidad de que las figuras encontradas hayan sido pintadas, explicó.
En la primera escena hay seis personajes: un indígena, el obispo fray Juan de Zumárraga, el traductor Juan Gonzales, ya que el obispo nunca pudo aprender el náhuatl; Juan Diego, una mujer de raza negra y el español Sebastián Ramírez de Fuenleal. Esta escena muestra el instante en el que Juan Diego extiende la tilma (manta que usaban entonces los indígenas en México) ante Zumárraga. Es como si la Virgen hubiera estado mirando la escena, y lo que veía, quedó en los ojos de la imagen que se grabó milagrosamente en la Tilma.
La familia en los ojos de la Virgen
La segunda escena está en el iris de los ojos de la Virgen, es decir, en el centro de su mirada. Esta escena no se relaciona con los personajes que estaban ante el obispo. Muestra 7 personas: una madre con un hijo pequeño en la espalda, como se acostumbra en los pueblos indígenas, el padre, dos hijos más (hijo e hija), el abuelo y la abuela, quienes integran un grupo familiar. El doctor Aste asegura que esta escena, al estar en el centro de mirada de la Virgen, es la más importante. Lo curioso es que, al enfocar los personales de la familia, como si se observaran desde el otro ojo, todos giran, menos la madre.
El investigador detalló el mensaje de cada uno de los miembros de esta última escena. La madre es el centro, es el eje de la familia ya que todas las personas necesitan a una madre que les brinde protección y cariño. Sin embargo, dijo, “en la vida cotidiana es poco considerado el papel de la madre”. El padre da soporte a la madre y unidad a la familia: cuando el padre se acerca a la madre los hijos se juntan.
Por otro lado, el científico explicó que el bebé, que lleva la madre en sus espaldas, exalta la necesidad de proteger la vida de los no nacidos. Los hijos están entre los padres y tienen un contacto con ellos, porque en familia se aprende de la convivencia humana a “confraternizar el mundo”, aseveró el doctor Aste.
En cuanto a los abuelos, el investigador indicó que ellos son importantes para conservar el patrimonio familiar; son la memoria y transmiten valores tanto a los padres como a los nietos.
Cabe resaltar que, en las conferencias, también participa de manera activa su esposa, la señora María Margarita Martínez, quien, al finalizar, las conferencias del doctor Aste, expresó que cuando estamos preocupados, necesitamos una madre que nos cuide y nos proteja con su manto. Además, afirmó que cada vez que recemos la Salve, al decir: “Vuelve a nosotros esos ‘tus ojos’ misericordiosos”, recordamos que en esos ojos de la Virgen está la familia.
Asimismo, comentaron que este año cumplen 61 años de feliz matrimonio y animaron a los presentes a dar testimonio de que es posible vivir un matrimonio para toda la vida.